Conoce los distintos tipos de manchas y ponles freno a tiempo

Conoce los distintos tipos de manchas y ponles freno a tiempo

Algunas son de nacimiento, otras aparecen durante la infancia y muchas empiezan a manifestarse a partir de cierta edad. Las manchas son más o menos habituales en la piel de cualquier persona y pueden tener un origen genético, formarse durante los primeros años de vida o aparecer con los años.

¿Qué son?

Las manchas son una alteración en la uniformidad del color de la piel y pueden presentar un tono más pálido que la zona que las rodea, más rosado o amarronado. Las manchas cutáneas, que varían en tamaño y forma, suelen ser visibles, sobre todo en la cara y las manos, algo que supone un problema a nivel estético. Es más, según varios estudios internacionales, la aparición de manchas es la segunda gran preocupación de las mujeres en cuanto a piel se refiere.

A partir de los 30 años, las manchas de la piel empiezan a ser habituales, por lo que debemos dedicar un cuidado más específico y frecuente a nuestra epidermis para que siga manteniendo tu firmeza y homogeneidad.

De acuerdo a recientes estudios, las alteraciones de la pigmentación cutánea pueden tener distintas causas:

  • Aumento o disminución de la producción de melanina por los melanocitos.
  • Aumento o disminución del número de melanocitos.
  • Localización anormal de melanina o de los melanocitos dentro de la dermis.
  • Otros: exposición al sol, embarazo, ingestión de determinados medicamentos.

Tipología y causas:

Además de los efélides o pecas y los nevus o lunares, existen distintos tipos de manchas en la piel, propias de la edad:

  • Puede corresponder a una mancha de envejecimiento, habitual a una determinada edad, o bien tratarse de lentigo solar o senil, si se manifiesta por una exposición solar prolongada.
  • Melasma o cloasma. Suele deberse a desequilibrios hormonales propios del embarazo (cloasma) o de la ingesta de determinados medicamentos. Se trata de manchas oscuras e irregulares que aparecen casi siempre en la cara (sobre todo en la frente, las mejillas, la nariz, el labio superior y el mentón) y en otras partes del cuerpo expuestas al sol, como los brazos.
  • Hiperpigmentación postinflamatoria. Como su nombre indica, se trata de manchas que aparecen tras un proceso inflamatorio, como puede ser el acné, un eccema o una quemadura. Por este motivo, muchos de estos cambios en la pigmentación de la piel son pasajeros, aunque también los hay permanentes.

¿Cómo evitarlas?

Cuando salen, hay que tenerlas controladas por si se produce algún cambio en el color, el tamaño y la forma, para evitar problemas más serios. Sin embargo, la prevención es la mejor opción para evitar las manchas, ya que cuando aparecen, son más difíciles de eliminar. Estos consejos resultan muy útiles para lograrlo:

  • Protección solar. Antes de exponerte al sol, e incluso antes de salir de casa, protege tu piel con un fotoprotector solar adecuado a tu tipo de piel y evita las exposiciones solares entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde, las horas más peligrosas.
  • Despigmentantes. Algunos productos ayudan a corregir las manchas de la piel para darle a ésta un aspecto más liso y uniforme y también son capaces de eliminar progresivamente las hiperpigmentaciones cutáneas. Los resultados son visibles a partir de los dos meses de tratamiento continuado (dos o tres veces al día). Entre los principales activos de estos despigmentantes, que suelen incluir una factor de protección solar, se encuentran el ácido salicílico, el kójico y la vitamina C.

Ahora que conocemos el origen y los distintos tipos de manchas que pueden aparecer en la piel, es importante protegernos bien del sol y seguir una rutina diaria de cuidados específicos para frenar su aparición y poder lucir un rostro y un cuerpo libre de tonos poco estéticos.