La crema, un clásico imprescindible.

La crema, un clásico imprescindible

En los últimos años, la proliferación de productos dermocosméticos que se han incorporado a nuestra rutina facial es notable. Productos que cumplen una función concreta sumando y mejorando resultados… pero que, sin embargo, no han desbancado a la tradicional crema facial.

Convencidos de sus bondades, en MartiDerm contamos con cremas de tratamiento adaptadas a las distintas necesidades y tipos de piel que aúnan activos clave en fórmulas no solo eficaces, sino también de una cosmeticidad exquisita, para que su uso en el cuidado de la piel sea efectivo, agradable e insustituible.

Pero, ¿por qué es insustituible o imprescindible una crema?

En ocasiones podemos pensar que si los sérums y las ampollas cuentan ya con fórmulas más concentradas en principios activos, las cremas son prescindibles. También es posible que algunas personas, especialmente aquellas con piel grasa, las relacionen con un empeoramiento de su problema, o piensen que en verano no las necesitan.

¿Qué aportan los sérums y ampollas y qué aportan las cremas?

Los sérums y ampollas tienen mayor cantidad de activos específicos, reafirmantes, reestructurantes, antioxidantes y despigmentantes, entre otros. Además de un excipiente ligero, de rápida absorción, para que los activos penetren al máximo.

Las cremas, que también pueden contener activos específicos, pero generalmente en menor proporción, tienen como principal función hidratar de forma duradera y proteger la piel, creando además una barrera invisible y reduciendo la pérdida transepidérmica de agua. 

Es decir: el sérum y la ampolla, en términos cosméticos, “tratan” y la crema “hidrata y protege”. Son entonces complementos inseparables.  

Además, las fórmulas de las cremas, ya sean emulsiones W/O (agua en aceite) o O/W (aceite en agua), nos permitirán descubrir que existen texturas más o menos ricas que se adaptan a cada piel. Las cremas faciales pueden además aportar otras barreras de protección como son los filtros solares, ya sean químicos y/o físicos, y compuestos destinados a impedir que las moléculas contaminantes se adhieran a la piel y la agredan. 

Las cremas específicas para uso nocturno aportan nutrición e hidratación intensiva junto con activos específicos para potenciar el sistema de renovación natural que tiene lugar durante las horas de sueño.

De este modo, incluso el producto más activo precisará de una crema facial a continuación como último paso de la rutina de cuidado facial, tanto por la mañana como por la noche, durante todo el año.

¿Se debe de elegir una crema de tratamiento según la edad?

La piel es un órgano en constante evolución que muestra sus carencias y desequilibrios no solo en base a su edad, sino a sus propias circunstancias. Nuestra alimentación, los hábitos de vida, las agresiones a las que se ve sometida y los cuidados que le dedicamos son los que determinarán su estado general, sumados a los cambios ligados a su edad cronológica. Lo que solemos llamar “signos de la edad”: arrugas, pérdida de firmeza, menor luminosidad, manchas…

De este modo, una piel de 20 años no necesitará el mismo tipo de cremas que precisa una de 60 debido a que sus niveles de producción de colágeno, elastina y secreción sebácea se encuentran en su etapa de máxima producción; requerirá un producto con propiedades hidratantes pero una composición y textura más ligeras. 

Y, sin embargo, no es una regla general y, siendo así, una piel madura puede ser grasa o incluso necesitar una crema que mantenga a raya el acné, y una joven mostrar signos de envejecimiento prematuro. Por tanto, las cremas se deben elegir teniendo en cuenta la realidad y necesidades de nuestra piel al margen de su edad.

¿Las cremas dejan de hacer efecto porque la piel se acostumbra?

Uno de los grandes mitos relacionados con las cremas de cuidado facial es que debemos cambiarlas regularmente porque la piel se acostumbra a ellas y dejan de hacernos efecto. Lo que sucede en realidad es que nuestra piel es la que puede cambiar y necesitar un tratamiento diferente, pero no es debido a que las cremas tengan una cierta acción temporal. Al usar una nueva crema sentimos cómo actúa y percibimos la novedad de sus beneficios en la textura de nuestra piel, su luminosidad, firmeza, etc. Sin embargo, esta consecuencia positiva y visible a medio plazo, al cabo de un tiempo deja de parecernos visible, pero solo es una cuestión de percepción y sensorialidad.

Entonces, ¿qué crema facial elegir?

Como decíamos al principio, en MartiDerm hemos desarrollado varias líneas y cremas en función de las diferentes necesidades de la piel. Estos son algunos ejemplos.

SIGNOS DE FOTOENVEJECIMIENTO: VITAL-AGE

Aquellas pieles que muestren signos propios de fotoenvejecimeinto cuentan con las cremas Vital-Age Cream de día en dos versiones: para pieles secas y para pieles normales/mixtas. Ambas tienen su complemento nocturno renovador global con Vital-Age Night Cream. Las tres cremas pertenecen a la gama Platinum.

GF Vital-Age Cream para pieles normales/mixtas aporta un efecto matificante a la piel. Mejora su textura, a la vez que la hidrata, repara y protege, ya que contiene factor de crecimiento epidérmico y un complejo hidratante.

GF Vital-Age Cream para pieles secas aporta un efecto luminoso en este tipo de pieles. Mejora su textura, la hidrata, repara y protege, gracias al factor de crecimiento epidérmico y su complejo hidratante. Su contenido en aceite de jojoba y argán, además, nutre en profundidad.

GF Vital-Age Night Cream restaura la piel de las agresiones diarias, aporta firmeza, hidratación intensiva y unifica el tono de la piel. Recupera su vitalidad cutánea.

CUIDADO GLOBAL AVANZADO: EPIGENCE 145

Para las pieles maduras, o para aquellas pieles que quieran procurarse un cuidado global con unas texturas innovadoras y la tecnología epigenética más avanzada para contrarrestar y prevenir el envejecimiento y sus signos, sin renunciar a la experiencia sensorial más agradable, las cremas Epigence 145 Cream y Epigence 145 Sleeping Cream de la gama Black Diamond, son la respuesta de MartiDerm más avanzada. 

La diferencia entre Epigence 145 Cream y su versión nocturna, Epigence 145 Sleeping Cream, consiste en que la diurna tiene una función antioxidante, mientras que la de uso nocturno tiene una función calmante y antiinflamatoria, fundamental en cualquier proceso de reparación celular.

Epigence 145 Cream está diseñada para reprogramar la piel y retrasar los signos del envejecimiento. Sus ingredientes inteligentes actúan a tres niveles: reactivan la capacidad de regeneración de las células, aumentan la producción de ácido hialurónico, colágeno y elastina, y aumentan la firmeza y elasticidad cutáneas. Además, contiene vitaminas encargadas de iluminar la piel y unificar el tono. 

Epigence 145 Sleeping Cream favorece la renovación celular nocturna, aumenta la firmeza y elasticidad de la piel y reduce las arrugas. Gracias a su textura enriquecida, proporciona un efecto calmante y de confort.

 

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