Como el agua...

Como el agua...

Del agua se han dicho muchas cosas. Algunas tan bonitas como esta: “Como el agua. Como el agua clara que baja del monte, así quiero verte de día y de noche.”

El agua protagonizó esta pieza inolvidable de Camarón de la Isla. Y del mismo modo debe protagonizar nuestro día a día.

Los datos hablan por sí solos: el organismo del ser humano está compuesto de un 70% de agua. Es más, el cerebro está compuesto de un 85% de agua. No es de extrañar entonces que una deshidratación de solo el 2% puede producir mareos, falta de concentración y de memoria.

De hecho, está comprobado que las personas que beben mucha agua tienen un mejor sistema inmunológico y no son tan propensos a contraer resfriados y gripes. El agua, además, facilita que los músculos se muevan mejor, con más flexibilidad. Y por supuesto, mejora el estado y el aspecto de la piel.

Complementa la ingesta de entre 2 y 3 litros de agua diarios con una buena crema. Es un ritual que deberíamos seguir a diario, sin excepción. El mejor momento para hacerlo es después de la ducha, cuando la piel está un poco húmeda, ya que favorecerá una mayor retención de agua y, al tener el poro más abierto, el producto penetra mejor.

Para el cuerpo prueba nuestra crema Hidra-Firming Loción Corporal, ideal para todo tipo de pieles. Y para la piel del rostro prueba nuestra ampollas. Sentirás una hidratación que no has experimentado antes. Y además, te aportarán luminosidad y firmeza.

Y es que en MartiDerm somos muy conscientes de la importancia de la hidratación. De hecho, estamos enamorados del agua. ¿Y cómo no estarlo? El agua es vida.

Pero nuestro enamoramiento no es nuevo. Las alusiones positivas sobre el agua son constantes en la historia. Napoleón afirmaba que el agua, el aire y la limpieza eran sus principales productos de farmacia. Y Leonardo da Vinci, por su parte, hablaba del agua como la fuerza motriz de la naturaleza.

El agua ocupa la mayor parte de la superficie del planeta. Pero tan solo un 2,5% es dulce… Y solo un 0,4% está disponible.

El agua nos habla. Y la prueba la realizó el científico japonés Masaro Emoto. Estudió qué efecto tenían los sonidos, las palabras y los sentimientos en la estructura molecular del agua. Descubrió que un simple gracias formaba en las moléculas del agua unas formulaciones de gran belleza. Parece pura magia y, en realidad, es pura ciencia.

Preguntémonos entonces… ¿qué efectos puede tener un simple gracias en el ser humano, si estamos compuestos de más de un 70% de agua? Conclusión: bebe agua. Y sobre todo, quiérete. Filosofía #SmartAging

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