¿Cómo afrontar el envejecimiento de nuestra piel de forma natural y sana?

¿Cómo afrontar el envejecimiento de nuestra piel de forma natural y sana?

Lo que actualmente nos preocupa no es llegar a la meta, sino cómo llegaremos. La tendencia actual del concepto de bienestar evoca a que nos preocupemos en ese cómo. Nos preocupa ese envejecimiento sano y natural, porque aceptamos la reflexión que nuestra vida va a ser larga y plena. Afrontar esa pequeña batalla diaria y ganarla será nuestro reto más importante. Porque lo que no nos cabe duda, es que va a estar cargada de grandes momentos y entrañables vivencias.

Por ello es trascendente basar el cuidado de nuestra piel en la prevención con hábitos de vida saludable. Así conseguiremos que el envejecimiento de nuestra piel sea un compañero de viaje al que respetaremos, sin llegar a odiarlo.

  • Dieta

La dieta rica en grasas saturadas e hipercalóricas produce una alteración en el metabolismo lipídico que afecta a la composición de la piel. Puede incidir negativamente en la aparición de dermatosis o agravarlas. Otro de los alimentos prohibidos, serían los temidos azúcares. Según el famoso informe de la OMS de años atrás y sus nuevas recomendaciones actuales, los azúcares simples y refinados que contienen los refrescos embotellados deterioran la salud de nuestras células, inclusive las dérmicas. Cuando se consumen grandes cantidades de azúcares en la dieta durante un periodo de tiempo, acentúan el stress oxidativo provocando que las células mueran más rápidamente. La producción natural de colágeno se ralentiza, se disminuye la concentración de ácido hialurónico y la piel se ve claramente deteriorada perdiendo elasticidad, composición y textura.

  • Hidratación

Beber aproximadamente 1,5-2 litros de agua al día es fundamental para que todo nuestro organismo mantenga su equilibrio hidro-electrolítico hoy y mañana. Si bebiéramos más cantidad, sólo absorberíamos la cantidad necesaria y el resto se perdería sin más, en forma de diuresis.

Cabe remarcar que la hidratación no hace alusión al agua que contiene la piel, sino a la que retiene. A través de la piel se eliminan diariamente unos 500-600cc de agua, para mantener la temperatura corporal. Por tanto, una piel hidratada será aquella piel que resiste correctamente al paso del tiempo porque mantiene el manto lipídico que la compone en su porción más externa y su deshidratación habitual es compensada de forma natural mediante la ingesta. Es importante recordar que debemos eludir utilizar en demasía jabones agresivos, utilizando jabones y cremas suaves, teniendo en cuenta que la piel pierde 25% de su hidratación natural durante la ducha.

  • Protección solar

La fotoprotección es fundamental para el cuidado diario de nuestra piel para reducir el riesgo de la aparición lesiones, manchas y de cáncer cutáneo por la exposición a los rayos UV. Además una exposición prolongada acelera la oxidación y metabolismo celular produciendo un envejecimiento prematuro. La radiación solar es perjudicial durante todo el año, por ello es interesante incluir productos que contengan protección solar (Mínimo 15-20 FPS en invierno) tanto en el tratamiento dermatológico, en el cuidado e hidratación diario, como también en el maquillaje.

  • Descanso

Recomendamos además de una dieta sana, que descansemos correctamente. El stress que entraña nuestra vida diaria, con cambios súbitos en el hábito del sueño, actúa negativamente sobre la piel, acelerando el envejecimiento. Se produce entonces, una degradación mayor del colágeno y del ácido hialurónico que da lugar a un grado mayor de deshidratación cutánea alterando el factor protector termorregulador de la piel.

  • Evitar tabaco, café y alcohol

Generan productos oxidativos que dañan las células cutáneas. El tabaco, en concreto, incentiva el envejecimiento general del organismo, siendo la nicotina dañina para las fibras y la textura de la piel, además de provocar manchas amarillentas tan delatadoras.

  • Tratamiento dermatológico

No todo lo solucionaremos con unos buenos hábitos saludables, por lo que aconsejamos un tratamiento preventivo adecuado para cada fototipo de piel. Se recomienda para el tratamiento de las arrugas, derivados de la vitamina A (Retinoides). Para las manchas se aconseja la vitamina C, siempre en composición de ácido ascórbico y con una concentración superior mínima del 5%. Para la luminosidad y la textura uniforme Los alfa-hidroxiácidos son importantes en el mantenimiento de la textura uniforme y el aporte de luminosidad adecuado (ampollas de efecto instantáneo). También existen otros tipos de tratamiento más agresivos contra el envejecimiento.

No cabe duda que una de las claves de la felicidad reside en el secreto de saber envejecer, por tanto, el cuidado de la piel se halla íntimamente ligado a este objetivo. Es cierto que la piel también envejece, pero al menos, consigamos aliviar las consecuencias del paso del tiempo.

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