Aunque parezca mentira, el estado natural del cuerpo es la relajación. Y sin embargo, a diario nos sometemos a una jornada activa, llena de contratiempos, estrés y tensiones. Por ello, se recomienda la práctica diaria de la relajación, ya que si logramos tener la mente clara, firme y estable, mejoraremos significativamente muchos aspectos de nuestro organismo.
¿Cuáles son los beneficios de la relajación?
- Reduce el agotamiento y favorece un descanso más profundo.
- Disminuye la frecuencia cardiaca y presión arterial, así como el riesgo a padecer problemas cardiovasculares.
- Aumenta el flujo de sangre a los músculos del cuerpo, lo que elimina las tensiones.
- Ralentiza la frecuencia respiratoria.
- Disminuye las respuestas emocionales no saludables, como el estrés, ansiedad o frustración, dejando espacio para un aumento de la energía y optimismo.
- Mejora la capacidad de concentración y memoria.
Además cuando uno se siente bien por dentro, se muestra radiante por fuera. Es el caso de tu piel también, que cuando no se ve expuesta al estrés, reluce más sana, joven y brillante. ☺
¿Cómo afecta el relajación en nuestra piel?
- Aporta una mayor protección e hidratación.
- Favorece la oxigenación y producción de colágeno, elastina y otras propiedades encargadas de devolverle la vitalidad.
- Consigue un aspecto más fresco, suave y luminoso, y con menos arrugas.
¿Cómo lograr el mindfulness?
El primer paso es dedicarte tiempo a ti mismo. Puedes buscar un espacio tranquilo, calmado y sobre todo en el que estés a gusto. Por ejemplo, en un parque, en una cafetería o incluso frente al mar. Intenta relajar el cuerpo y verás como, poco a poco, ¡consigues despejar la mente!
